Reenvía a todos tus conocidos este material es probable que salves la vida de muchos y a la par defiendas a las próximas víctimas de este estado de terrorismo y persecusión donde tu puedes ser el que mañana caiga en desgracia.
Juana María Olguín Tarin.
Hablé de periodismo y clamé por romper las barreras del silencio en el caso de Gisela Peraza.
Lástima el desdén para acudir a donde se juntan "locos" que anhelan cambios enormes. Pedí a esta audiencia hablar del robo en la casa de gobierno y de la forma abusiva en que han destruido a la familia Peraza Villa.
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Hablar del periodismo y sus grande y enormes complejidades es casi entrar en una dimensión desconocida, donde hay cientos de porqués y cero respuestas. Al fin muchos, creen que la libertad de expresión debe ser a gusto del dictador que cada seis años llega a cambiar el color de los edificios, a diseñar la nueva vida institucional y a determinar cuáles son los silencios que le gustan y de que tamaño debe ser la sumisión de los dueños de los medios de comunicación.
Y eso será suficiente para que en cada una de éstas empresas se sucedan los despidos de los comunicadores que irritan a la nueva realeza gobernante. Pero ¿qué es noticia? Es el género base del periodismo. Una noticia debe responder al llamado interés público. Es también el género más objetivo. Debe transmitir información sobre un hecho actual, desconocido, inédito, de interés general y con determinado valor político-ideológico.
Hoy quiero reflexionar sobre un hecho atroz que no ha podido trascender a los medios de comunicación.
El drama es de Gisela Peraza Villa quien desde hace 9 años trabajaba como empleada doméstica para la familia de Guillermo Padrés Elías. En febrero de este año los había acompañado en su viaje a Nueva York para hacerse cargo de los niños. Pero el domingo 13 de marzo de 2011 recibió un mensaje de texto, que sus jefes querían hablar con ella. Pero a quien encontró fue a Agustín Rodríguez, secretario particular del Mandatario. Quien sin más la acusó de haber robado una maleta de dinero propiedad del mandatario estatal.
La presunción de que ella era la ladrona fue que era la única que tenía acceso a la habitación de los señores y era la de mayor confianza. Ella negó la acusación y entonces apareció el comandante Ernesto Portillo, jefe de escoltas del Gobernador de Sonora. Quien igual sin ninguna concesión por su probada honradez y lealtad a la familia Padres Dagnino le arrebató dos teléfonos celulares y la llevó de vuelta a su cuarto.
En la mañana del lunes 14 de marzo, Fernando Sánchez Lara, administrador de la Casa de Gobierno, le exigió la renuncia voluntaria y la emplazó para que firmara y se evitara mayores problemas.
Lo poco que de este asunto se "sabe" es que el principal responsable de éste atraco es el sobrino del Secretario de Seguridad Pública Estatal, Ernesto Munro, de nombre Roberto Munro Varela, confeso de los hechos y quien sostenía una relación amorosa con Gisela, eso es lo que la pone a ella en condición de cómplice. Sin que hasta ahora su probada honradez de 9 años al servicio de la familia Padres Dagnino tenga alguna relevancia.
En esos días agentes de la PEI acudieron a Santa Rosalía de Ures, de donde son originarias las hermanas Peraza, para hablar con su madre, atemorizarla e intimidarla. El mismo 18 de marzo, Gisela Peraza acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos a interponer una demanda por los hechos acaecidos.
El martes 5 de abril, alrededor de las 9:00 horas las hermanas Peraza salieron de su domicilio, al norte de la ciudad, cuando una patrulla de la PEI les cerró el paso, las obligó a abandonar el vehículo y regresar a la casa. Portaban una orden de arraigo y una orden de cateo. Desmantelaron el hogar de Delma mientras se llevaban detenida a Gisela.
Luego Gisela simplemente fue enviada al Centro de readaptación Social femenil y un día desapareció, no estaba, los a familiares sentían enloquecer ya era demasiado, hasta que al verlos perturbados de dolor, personas de buen corazón les confesaron que la habían mandado a la cárcel de Huatabampo.
A Gisela le advirtieron los funcionarios de la cárcel, que mejor se callara y silenciara a su familia, que dejaran de acudir a los medios de comunicación ya que esto se había vuelto político y les podía ir muy mal a todos. ¿Es una amenaza de muerte? ¿Es qué? ¿Alguien sabe?
Esto es una noticia que no ha sido tal. Mi solicitud de hoy es que ayudemos a Gisela, solo buscando la verdad jurídica, la verdad ética y moral y exigiendo las explicaciones que nos merecemos, podremos saber que hay detrás de esta arbitrariedad cometida contra la dama. ¿Inocente o culpable? ¿Abre las puertas a la procuraduría de Justicia para que vayan y destruyan las casas de la mamá o de la hermana? Que sin encontrar pruebas que involucren a Gisela con el robo millonario la secuestren y la mantengan privada de su libertad? ¿Qué a mitad de la noche sea trasladada de Hermosillo a Huatabampo?
Se los digo, la única que sigue fuerte es Gisela, a pesar de la tortura ha que ha sido sometida también en los Ceresos. Es su familia la que está al punto de perder la cordura, los nervios los tienen destrozados. Hablan entre sollozos y en susurros, aquí si la autoridad ha hecho "buen trabajo" aterrorizarlos al extremo.
Hasta el ruido de su sombra les causa sobresalto y su condición de pánico desmedido –de seguir así- les llevará a un infarto o mínimo un derrame cerebral. Y todos sabremos quienes son los culpables. Tenemos la obligación suprema de ayudarlas, por lo menos divulgando éstos hechos hasta que se sepa la verdad jurídica.
¿A poco no les abre toda su "imaginación" y sospechosismo? ¿Cuánto dinero realmente era? El pueblo debe ser el que manda, reclama y exige y debería ser capaz de remover de los cargos públicos a todo aquel que no nos brinde respeto a nuestras garantías individuales y lo que consagra la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Esta es la prueba fehaciente de que la justicia se fugó a tierras menos hostiles que en las que se ha convertido Sonora. Hay una dama en extremo peligro, solo pregunto y nosotros que podemos hacer por ella e implícitamente ¿por nosotros?
"La vigilancia y la lucidez son los senderos de la inmortalidad. Los que vigilan no mueren. La negligencia es el sendero de la muerte. Los negligentes son como si ya estuvieran muertos". Buda
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